
Victoria. A esta palabra ya nos tiene acostumbrados nuestra selección, y no solo a eso sino también a ganar tocando y demostrando que todavía no hay rival para ellos. Después de Argentina tocaba Francia, una espina clavada desde el pasado mundial tras ser eliminados por ellos y por los 42 años sin poder derrotarles. Pero ayer todo cambió, desde principio a fin solo jugo España, no hubo rival, Francia solo intentaba aprovechar los errores de la roja, pero aún así una espléndida defensa desesperó a el tridente francés formado por Henry, Anelka y Ribery, los cuales fueron sustituidos entre pitos de su propia afición. Villa, que después fue sustituido por Torres, abrió el marcador tras un magistral pase de Iniesta entre líneas y un disparo al palo corto al que Lloris no pudo hacer nada. El segundo llegó por parte de Sergio Ramos, tras una de las internadas del lateral derecho y un gran recorte en el área enchufó la bola que con algo de suerte tras revotar en un defensa se introdujo con un bonito efecto en la portería. El partido terminó con dos goles, pero pudieron se más tras innumerables ocasiones de Torres y Navas. Y ahora a esperar una nueva victoria de la roja en su camino para ser la mejor del mundo.

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